Durante el proceso de aceptar tu cuerpo no todo es maravilloso. Vivimos en un mundo donde los cuerpos, en particular los que se presentan como femeninos, son objeto de un intenso escrutinio, por lo que constantemente llegan a nosotras mensajes de cómo debe verse nuestro cuerpo y nos hacen entrar en conflicto con nosotras mismas.
Aceptar que nuestro cuerpo cambia de forma después de tener hijos, a medida que envejece o incluso como resultado de tomar medicamentos para controlar una enfermedad, es un proceso complejo, pues implica alejarnos del “cuerpo ideal” que la sociedad nos impone.
Necesitamos hacer el duelo por el cuero que desearíamos tener para aceptar el que tenemos. Para pasar por este proceso te dejamos algunos consejos que pueden hacer esta etapa más sencilla.
Permítete sentirte triste, enojada, frustrada o cualquier otra emoción que surja cuando piensa en el cuero que deseas.
No te presiones ni te obligues a sentirte de alguna manera por como es tu cuerpo, solo recuerda que tu cuerpo es el vehículo que te permite vivir y experimentar, merece ser tratado con compasión.
Te proponemos hacer un pequeño reinicio de tu feed de redes sociales para que solo sigas a personas que te hagan sentir bien.
Busca cuentas donde se hable de la diversidad corporal o donde el contenido esté enfocado en cosas que te gusten, puedes seguir el perfil de tu podcast favorito o personas que realicen manualidades.
El duelo es fluido y toma muchas formas a lo largo del tiempo. En un segundo, es posible que te sientas lo mejor posible y al siguiente, un desencadenante puede hacer que vuelvas a afligirte.
Cuando eso suceda, solo recuerda amablemente que esto no siempre es un proceso lineal.
Recuerda que tu cuerpo es el medio por el cual experimentas la vida. Gracias a él corres, caminas, nadas, abrazas, conoces nuevos lugares, etc.
Es importante que tu relación con él sea construida desde la compasión, trata de no ser dura con él.
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