Si bien vivimos los efectos de la estructura social en los estados depresivos, la sobreexigencia, ansiedad o baja autoestima.
Contamos con espacios como la terapia feminista para señalar que, aunque esas condiciones no son inherentes a los individuos, si nos corresponde decidir cómo hacer frente a ellas.
A través de la construcción de puentes que permitan transformar a esas experiencias en hechos colectivos planteando modos de resistencia política mediante la identificación, haciendo eco en el hecho de que no estamos locxs ni estamos solxs.
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Salud mental desde una perspectiva feminista interseccional